Hoy en día, en el mundo que vivimos estamos rodeados de impulsos negativos, basamos el caminar de nuestra vida en la pura supervivencia, sin que nos termine de importar, el camino por el que lleguemos a nuestros propósitos, ya pase por encima de quien sea, o de lo que sea. La competitividad que nos inculcan, el egoísmo material al que somos sometidos desde nuestra niñez, no nos deja discernir, entre lo que está bien y lo que está mal, las preocupaciones del futuro nos las planteamos cómo si del presente se tratara, un error que sin duda no nos dejara disfrutar del propio presente en sí mismo.
Tendemos a pasar por encima de los demás, pensando que esa es la única forma, para alcanzar nuestras metas, sin darnos cuenta que vamos sembrando tempestades con nuestras acciones, y que posiblemente en algún momento de nuestra vida acabaremos por pagarlo.
No se trata de karma, ni de religión, ni de nada parecido, más bien se trata de amor por ti mismo y por los que te rodean, se trata de razonamiento lógico, se trata de humanidad que en definitiva es de lo que más faltos nos encontramos hoy en día.
Le damos demasiada importancia al trabajo, porque lo asociamos básicamente con la salud, aunque en parte no sea una equivocación, tendemos a enfrascarnos de tal forma en el, que muchas veces, terminara siendo el principal problema al que nuestra salud se verá sometida, en este sentido haremos referencia al famoso dicho: trabaja para vivir, no vivas para trabajar.
El trato que damos a los que nos rodean, es mucho más importante de lo que en realidad podemos llegar a entender, si lo que desprendemos es un absoluto desprecio y una total despreocupación por el sabor de boca que dejamos en los demás, esto antes o después será lo que recibiremos, porque no olvidemos que vivimos en comunidad, y que la ayuda que te demanda otra persona hoy será la misma que puedes necesitar mañana tu, y si lo mismo que has sido capaz de ofrecer tu, será posiblemente lo que recibas.
Todo esto es aplicable a la educación que damos a nuestros hijos, los cuales a forma de esponja, absorben todas nuestras costumbres y formas sociales, las cuales no dudaran en poner en práctica el día de mañana, incluso el trato que damos a 
nuestros enemigos
, por supuesto que será mucho más importante de lo que pudiéramos llegar a imaginar, no se trata de dejarnos pisar, ni mucho menos, se trata de ser inteligentes y medir la respuesta a nuestra reacción al respecto, al fin y al cabo si algo tiene que importarnos en estas situaciones, es si hemos obrado bien y en consecuencia será eso mismo lo que nos hará sentirnos mejor con nosotros mismos, ya sabéis mantened cerca a vuestros amigos, pero a vuestros enemigos más.
Resumiendo si queréis ser mejor persona, no dudéis en que vuestra sonrisa y una buena educación, será la llave que más puertas os abrirá, que el trabajo sea un medio para llegar a un fin y no al revés, y que las pequeñas cosas del presente pueden llegar a ser las más importantes que llegues a vivir, por tanto deja el futuro un poco de lado, y vete preocupando cuando llegue el momento, mientras tanto disfruta de la vida, de los tuyos, de ti mismo porque te sentirás bien, y en general de todas las pequeñas cosas que nos rodean y que tanto valen la pena.
