Hay una lucha permanente con la cebolla paiteña. Para que puedas comerla debe estar muy bien preparada y si además tienes niños, es un reto lograr que ellos la coman. Te sugiero también que introduzcas en la dieta de tus hijos la mayor cantidad de alimentos a tierna edad para que sus papilas gustativas se familiaricen con los distintos sabores y no tengan inconvenientes cuando vayan creciendo.
Tú sabes que es muy incómodo que estés de invitada en una casa y tu hijo no quiera comer nada porque según él eso no le gusta.
Con respecto a la cebolla paiteña, hay varias formas de prepararla específicamente para ensalada porque si se trata de hacer un guiso o refrito no te dará ningún problema porque en la cocción pierde su fuerte sabor.
A continuación detallaré algunas formas de preparar la cebolla paiteña que tú puedes probar a ver con cuál de ellas te quedas.
Cebolla paiteña con limón o vinagre
Lava, pela y pica muy finamente la cebolla y colócala en una cernidera (colador) bajo la llave del fregadero. Mientras va cayendo el agua, masajéala fuertemente por un minuto aproximadamente. Déjala escurrir y agrégale limón o vinagre y sal.
Cebolla paiteña con azúcar
Lava, pela y pica la cebolla paiteña muy finamente y colócala en un tazón con agua y una cuchara de azúcar, frota la cebolla con el azúcar y déjala reposar por unos minutos. Enjuágala muy bien para que no quede nada del sabor dulce del azúcar y prepárala con jugo de limón y sal.
Cebolla paiteña con sal
Igual que la forma anterior pero cambiando el azúcar por sal. El resultado final será diferente en la textura de la cebolla paiteña. Notarás que con el azúcar no pierde su estructura mientras que con la sal, se pone muy suave como si estuviera cocinada.
Consejos
- Ten cuidado de no maltratar mucho la cebolla paiteña al frotarla para que no pierda sus propiedades benéficas.