Ciertamente retomar el rumbo de la vida cuando lo hemos perdido o extraviado no es fácil. Todos hemos pasado por situaciones difíciles en la vida que nos han golpeado al punto de dejarnos literalmente en el piso.
Y está bien darnos un tiempo para sufrir y llorar y pasarnos día y noche pensando y pensando y sin ser capaces de dar respuesta a tantos por qué, pero cómo, qué fue lo sucedió.
Pero no debes quedarte mucho tiempo estancado. Si puedes, debes tomar la decisión conscientemente de cuánto tiempo te darás para sufrir. Y una vez concluido este tiempo debes ponerte en movimiento. No puedes permitirte continuar en la misma posición física, ni emocional.
Debes ponerte en movimiento, literalmente. Puedes levantarte más temprano, ducharte, salir a caminar, etc. Por favor, importantísimo para retomar el rumbo en la vida después de una gran pérdida, abre las ventanas de tu casa, limpia el piso, coloca un ambientador o incienso, cambia el ambiente de toda tu casa. Revisa los cajones y despensa, saca lo que ya no te sirva y en lo posible renueva tus cosas. Estas son cosas que al mismo tiempo mantienen tu mente ocupada, te distraen y no das cabida a tanto pensamiento negativo y además, despierta tu conciencia de autocuidado.
Llega un momento en el que debes hacer frente a las cosas que te recuerdan la pérdida como canciones, películas, rutinas, personas, etc. Tienes que hacerles frente, vuelve a tomar contacto con todo ello. Si todo eso te deprime es necesario romper ese ciclo y cambiar los patrones de recuerdo. Asocia todas esas cosas a nuevos recuerdos.
No te deprimas más. Ya basta. Tú eres lo suficientemente fuerte para retomar el rumbo.
Lo lograrás.
